domingo, 17 de febrero de 2013

Dueña del tiempo






Hoy ha sido un sábado como los de antes, como los de antes de la vorágine del cambio de vida, como los de antes de entrar en la espiral de locura de mudarme de ciudad, cerrar puertas y ventanas, y empezar en otro lugar, con otras gentes y haciendo otras cosas.

Hoy por fin he normalizado mi nueva vida.

Y lo sé porque desde el momento en que me desperté he sido dueña de mi tiempo durante todo el día. Hoy no ha habido horarios, ni obligaciones, ni deberes, ni tener que, ni debería de.....hoy he hecho que el tiempo estuviese a mi disposición por completo.

He comido cuando he querido, lo que he querido, he dormido, he visto pelis, he leído mogollón, he escrito, he pensado y recordado, he planeado, he tenido silencio, mucho silencio. Y esto último sí lo echaba de menos.

Me encanta todo lo que hago, todo lo que estar por llegar, las personas de las que me rodeo y de como el círculo se abre más y mejor. Estoy empezando a adaptarme a mi nueva rutina, pero....ya necesitaba mi sábado, mi silencio, administrar mi tiempo, incluso permitirme perderlo sin remordimientos (no hay mayor placer para mí).

Hoy ha sido un gran sábado que me ha llenado de energía y me ha recargado las pilas para todo lo que tengo que hacer.

Hoy hemos estado solos el tiempo y yo....y ya tenía ganas.

Gracias por haberme regalado este día.




2 comentarios:

  1. Tienes la suerte de disfrutar de tu vida tal y como te apetece. Eso es un lujo al alcance de muy pocos. Me alegro mucho de este cambio de vida y de que te sientas tan feliz con él, aunque te haya llevado tan lejos...

    Un abrazo sureño para que dispongas de él cuando mejor te parezca. ¡No tiene fecha de caducidad! ;-)

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  2. Me ha costado mucho llegar a este punto de salida, tú lo sabes bien, pero ya no hay quién me pare.

    El abrazo me lo guardo en la caja de los abrazos para los momentos de morriña.
    Muacks.

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