Desconexión / Conexión

Desconectada del mundo 2.0, es decir, sin internet y además sin cobertura telefónica.
El primer día pensé que acabaría dándole pellizcos a los cristales, me sentía sorda y ciega, no sabía que hacer, notaba como la ansiedad me iba aumentando, mi mente se bloqueó. ¿Que hago? No sé que pasa en el mundo. Tenía la sensación de ser la única superviviente de una catástrofe nuclear donde todos habían desaparecido y sólo quedaba yo.
¡¡¡¡AISLADA!!!!

Segundo día.
Leer, sí eso es lo que voy a hacer. Como antes, leer un libro sin interrupciones, escuchando música....claro, ¿porque no?. Pero....¿que estará pasando fuera? Uf, twitter estará echando humo como los incendios que hay por todo el país y con lo de Bretón y los niños de Córdoba...me estoy perdiendo todos los comentarios y habrá de todo tipo....centrate, lee, el libro está muy bien...sólo tienes que concentrarte y no pensar, solo lee.
¡Que buena esta frase!, la voy a subir a Twit....ah no, que no tengo conexión....el libro, lee. 
Pasear, sí, pasear...genial, unas buenas vistas, tranquilidad. Mira que ángulo más chulo, foto....luego la edito y la subo a Instagram...¡joder, no tengo conexión!.

Tercer día.
Ya he acabado este libro, empiezo otro. Paseo. Hago fotos para mí. Disfruto del café, y del paseo, y de la música que escucho. Juego con Diego (mi perro)....hago cosas de una en una. 

Cuarto día.
Me siento relajada, no tengo que subir a internet lo que pienso, lo que veo, lo que escucho, donde estoy, ni con  quién....quizás la falta de información...pero, no....estoy disfrutando y lo estoy disfrutando para mí.

Quinto, sexto y séptimo día.
He vuelto a descubrir el tiempo, las horas, los minutos y todas las cosas que se pueden hacer, como se puede llenar toooodo ese tiempo.
Pensar, ordenar el cajón desastre de los pensamientos sueltos. Hilar los proyectos con coherencia y con dosis de realidad. No dejar que me influya nada externo. Sentir que estás en lo que estás y volver con las cosas claras y decididas......soñar!

Primer día de conexión.
Encender el ordenador y ponerme al día como una loca, correos, facebook, twitter...etc.

Me encanta estar conectada, lo necesito, pero he de reconocer que desconectar de vez en cuando del todo no está nada mal.

....y además, luna llena de Agosto, la más limpia y hermosa del año.

Tres días.

Tres días de desconexión con el mundo real y virtual.
Tres días rodeada de tradición en estado puro.
Tres días con mi gente, la de siempre, las que están ahí contra viento y marea.
Tres días dejando que ese rinconcito donde guardo este tipo de emociones acapare todo lo que importa y lo que no.
Tres días, recordando, añorando, extrañando a los que se fueron.
Tres días disfrutando de la primera vez de los más nuevos.
Tres días volviendo a sentir que soy una niña y que hay una parte de mí que siempre lo será.
Tres días que en mi mente no caben los que no tienen nada que ver con todo esto.
Tres días donde ser, estar y parecer es todo uno.
Tres días sintiéndome libre, libre de todo y de todos.
Tres días que me han dado mucha fuerza y me ha hecho recargar pilas.
Tres días que contradictoriamente han sido tan intensos interiormente que me han dejado agotada.
Tres días en los que he llorado, reído, cantado, sentido, querido y me he dejado querer.

...hoy, después de esos tres días, sé que hay cosas que por muy profundamente que las guardes, cuando llega el momento, de repente, las tienes a flor de piel.

¿Cuando pasen siete años quién te volverá a ti a ver...?espero que no faltemos ninguno.

Crucemos los dedos

Crucemos los dedos, porque las cosas parecen encarrilarse. Con trabajo, con esfuerzo y muchos quebraderos de cabeza. 
No quiero adelantarme a los acontecimientos, pero poco a poco parece que las cosas van saliendo y las que debían quedar atrás están cada vez más lejos.
Aunque aún hay días en que todo se ve gris marengo, he de reconocer que esta semana las cosas han ido yendo bien e incluso con sorpresas.
Conocer gente nueva que le de una inyección de alegría y de ilusión a tu vida y sin esperártelo, no tiene precio. Llevo unos días que no paro de reír, que un mensaje me hace sonreír y que una llamada a horas intempestivas en lugar de molestar, te quita el sueño pero te deja una sonrisa que te dura hasta que te despiertas. Y todo sin pretenciones, ni expectativas preconcebidas, simplemente estando ahí.

Me desconecto un par de días o tres a un lugar donde apenas funciona el 3G. Un lugar donde los recuerdos buenos y malos se hacen uno, y por lo tanto ni duele, ni deja de doler. Hace siete años que viví esto mismo, pero en otras circunstancias. 
Ahora faltaran algunos que estuvieron esa última vez pero sin embargo habrá otros para los que será su primera experiencia.

Hay algo que creo que es fundamental en mi vida y es la risa, cuando dejo de reírme las cosas se me escapan y voy cuesta abajo.

Gracias por estas horas que me has dedicado, no sabes lo mucho que me ayudan a recordar que reír es lo que mejor se hacer.

No sueñes tu vida,vive tu sueño.

La profundidad que envuelve esta frase, su intensidad, sólo pudo haber escapado de un corazón lleno de ilusiones, de deseos de luchar hasta alcanzar algo muy deseado, una meta muy difícil, cargada de sufrimientos y de retos.
Desde el momento en que la escuché, quedó grabada dentro de mí permanentemente.A partir de ese día, pasaron tantas cosas que nublaron la razón, que traspasaron los límites...
Porque el sentir era demasiado, tanto que brotaba, porque no cabía dentro de nuestros cuerpos, pero arrastraba tanto dolor, que era más fácil huir, más sencilla la locura, menos complicado vivir dentro de lo común.
Es más fácil escapar que luchar, menos absurdo vivir como quieren los demás, que hacer lo que deseamos.

¿Qué es la razón?...
¿Vivir dentro de las pautas de la sociedad?
¿Escapar de lo que no podemos conseguir fácilmente?
¿Mantener unas apariencias sólo porque el resto del mundo las impone?
¿Vivir en una supuesta cordura para que la gente esté conforme?
¿Quizás el ver las cosas como las demás personas quieren que las veamos?
¿Establecer una muralla impenetrable que sólo el tiempo podrá derrumbar...?

Yo no soy así, ni quiero serlo tampoco.
Los límites...
...que pone rejas a todo, que encarcela, que no permite que viajemos más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y que no da paso a que los sentimientos afloren sin condiciones...
¿Por qué enfrascarnos y obsesionarnos con nuestros yo si tan imperfectos somos?
¿Por qué no dar paso a que los sentimientos afloren sin miedo, sin pensar en lo que pasará mañana?
¿Por qué no permitirnos ser libres de nuestro pasado y dejar que la razón se nuble?

Sentir...¿Qué más da sentir?
Si al final no dejamos al corazón elegir, sino a la razón y además dentro de los límites...

Más allá de la razón, mi sentir no tiene límites...

11 de Agosto

Ha sido un día extraño, cargado de crispaciones. Ya al despertarme me noté (y lo advertí) que me sentía peleona. Ha debido ser que no he dormido bien. Pero durante el día ha habido un momento donde noté como me habían robado la energía cuando se cerró mi traquea por unos momentos a modo de aviso. La naturaleza es sabia y avisa, tienes que relajarte y parar, comer más despacio, beber más despacio, pensar más despacio...o no pensar. 

Es una sensación terrible ver como el aire no entra en tus pulmones aunque tengas abierta nariz y boca…tengo que parar si no quiero quedarme en una de esas. No es más que ansiedad, pero a veces la ansiedad te las hace pasar canutas.

Y el caso es que hoy no he hecho nada, no me ha pasado nada y no he querido saber nada de nada, pero el subconsciente tiene tanto poder, tanto, que te da toques de vez en cuando. Unas veces para que pares y otras para que te muevas.

Hoy he estado en tiempo muerto, leyendo, tuiteando, mirando la tele intentando ver programas que me entretuviesen, incluso he salido un ratín (porque más no he aguantado) para airearme un poco. 

Menos mal que el día ha terminado con una bocanada de aire fresco en forma de conversación y un poco de magia…y para rematarlo una peli que me sacará unas risas por enésima vez.

Estos días atrás he mirado mucho al mar y esta noche de las Perseidas hay que dejar de mirar al mar y mirar más al cielo....ah, y no olvidéis pedir un deseo.

Un 11 más.

Think

Pensar agota. Lo sé porque estoy agotada y es porque no puedo parar de pensar. No son pensamientos trascendentales, bueno, algunos sí. Más que pensamientos son batallas en mi cerebro entre el consciente y el subconsciente.
Creo que tengo muchos frentes abiertos y siento que no puedo con todos. Tengo que tomar decisiones y las tengo de todas los niveles. Urgentes, importantes, vitales, nimias, caprichosas. Pero lo que me agota son los dilemas en los que mi mente se enreda sin yo poder controlar. Y no son precisamente ni los urgentes, ni los importantes, ni los vitales. Me agota mi lucha diaria por las decisiones que para cualquier persona ocuparía un minuto del día y a mí me ocupa los días enteros.
Si pudiera dejar de pensar y mantener la mente en blanco. Pero eso es una leyenda, nadie puede poner la mente en blanco. Tu mente no te lo permite. Somos seres racionales porque pensamos. Vaya mierda.

Estoy agotada de pensar. Y nadie me puede ayudar. Solo yo.
Y cuando estoy agotada echo de menos a quien no puedo tener. Y aunque estoy rodeada de personas que me ofrecen su ayuda y su cariño, me agota sentirme sola.

Esto es lo que da de sí mi mente. Otro día escribiré sobre mi corazón, cuando tenga algo que contar.

Creo que voy a volver a jugar a los Sims. Sí. Ya es hora.