sábado, 6 de agosto de 2016

Abriendo los ojos


Soy de esas personas a las que les gusta un día lluvioso en verano, una noche fría, un helado enorme después de una abundante cena, un (ese) mensaje de"Buenos días”, una sonrisa de vuelta, un atardecer o miles, un beso de mi sobrino de esos que no acaban nunca, reír con la familia y/o amigos recordando momentos vergonzosos, tener el lado frío de la almohada, una buena charla de madrugada, comer el último pedazo de pizza, volver a ver a alguien con quien tuviste una aventura del tipo que sea, coger la mano de alguien especial, una batalla de miradas, soñar con mis padres, con los dos o con alguno de ellos. Hablar con esa vecina mayor que vive sola y siempre tiene tanto que contar, despertar y saber que puedes seguir durmiendo, escuchar una canción que me gusta una y otra vez durante horas o días como si fuese la única canción de la historia. Releer uno de mis libros favoritos cada cierto tiempo, oír la carcajada de alguien que le he provocado yo, observar las luces de la ciudad de noche, silbar mientras estoy concentrada en algo, ver la cara de mi perro cuando quiere decirme algo pero no le salen las palabras, mirar la luna llena sin poder dejar de hacerlo como si fuese la última vez que la veré, descubrir que la vida siempre te da opciones si no consigues lo que quieres, poder dar las gracias todos los días por algo o por mucho...sí, soy de esas que ven vida en todas partes y decide vivirla, de esas he sido siempre y de esas seré....pero ahora no.
Hace tiempo, abrí (o me abrieron) los ojos y me di cuenta de que pocas opiniones en realidad me importan, y de que después de años de historias he vivido tantas cosas, que no es que tenga nada que ocultar, ni tampoco es que venga de vuelta de todo, es que voy a mostrar de mí lo que yo quiera a quien yo quiera. Y sí, sigo teniendo miedos y sé que en el camino he dejado algún que otro cadáver pero también encontré quien me hace ser mejor persona, esas son las que quiero a mi lado.
Ojalá hoy cambie un poquito la suerte, se retuerza el destino, lo improbable sea probable y un no, por fin sea que si.
Y si de nuevo no toca, no pasa nada....seguiré en mi zona de confort con los ojos bien abiertos hasta que algo o alguien que merezca la pena me haga salir, quizás yo misma.



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