viernes, 19 de agosto de 2016

El cuento que trataba sobre segundas oportunidades










Esta es la breve historia de dos personas que se encontraron no se sabe porqué, en un momento de sus vidas muy concretos, en un lugar equivocado.
Estas dos personas descubrieron enseguida estar hechas la una para la otra, tras horas de conversaciones a lo largo de los días y las noches se dieron cuenta que eran lo que siempre habían esperado encontrar en otra persona. Se entendían, se admiraban, se reían, se comunicaban con toda la fluidez que da el hablar con alguien que piensa y siente como tú mismo. Hablaban sobre los mismos temas, coincidían en muchos gustos por cosas, compartían e intercambiaban música, películas, poemas, anhelos, proyectos... Tenían la misma pasión por la gastronomía y otros muchos temas de lo más diverso,  los dos tenían mucho que aportar al otro. Eran complementarios en algunas cosas, afines en otras. Llegaron al punto de no poder respirar si pasaba mucho tiempo sin saber el uno del otro, siendo como eran dos personas independientes y acostumbrados a no dar demasiadas explicaciones...tenían pasión, adoración y complicidad máxima.

De los defectos de uno y de otro no llegaron a percatarse porque todo acabó bruscamente a los 30 días de conocerse. El motivo fue una mentira de ella hacia él. Y ahí acabó todo. Ella reconoció su error y él le pidió tiempo.

Durante dos meses, ella intentó por todos los medios que él le permitió y en todos los tonos que existen conseguir que le diera la posibilidad de explicarse, una conversación donde poder hablar sobre esa mentira y el porqué. En cuanto a él, se hizo silencio y no le dio jamás la más mínima posibilidad de réplica Así que ella siempre sería el lobo del cuento porque él solo se quedó con la versión de Caperucita.

Y durante todo el tiempo siguiente mientras con ella era silencio, él decidió quedarse con la mentira mientras buscaba en otras, todas las verdades que lo enamoró de ella, pero no encontraba a ninguna que reuniera todas esas verdades. Ella dejó de intentarlo y se juró a sí misma que siempre daría una segunda oportunidad y la posibilidad de explicarse a todo el mundo que se lo pidiera, porque a ella se lo habían negado y aprendió lo mucho que puede llegar a doler. Y así acaba esta breve historia.

Él, creo que sigue buscando a alguien que tenga todas las verdades que encontró una vez y se mantuvo cerrado a ella, sin tener en cuenta que a lo mejor algún día, a lo largo de su vida y en cualquier aspecto de la misma, él también necesitaría un segunda oportunidad y a lo peor se la niegan como hizo él.

Moraleja: Nunca niegues una segunda oportunidad a nadie porque no sabes cuando la vas a necesitar tú. Seguro que la pareja de la fotografía que ilustra el post se dieron muchas segundas oportunidades.

Y este relato-cuento no puede ir acompañado más que por Frank, él siempre será banda sonora de cualquier historia de amor.




(*) Esta historia es una ficción, cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.



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