domingo, 27 de noviembre de 2011

Sensaciones





Sensación de libertad. Cuando uno es libre empieza a sentir miedos que antes intuías pero no sentías. Tranquilidad es lo que siento ahora, tranquilidad de que están mejor que antes (o eso al menos quiero creer). Tantas sensaciones, planes, proyectos que estaban en modo pausa, ganas de tener el control de mi vida, pero todas estas emociones van unidas a las de tristeza, pena, desamparo, desprotección y sobre todo a la de soledad...
¿Tiempo de crisis emocional? ese tiempo también lo he tenido ya y ha sido muy duro pero me ha enseñado tanto, tanto que ha me ha ayudado a expulsar toda la mierda que acumulaba y me está haciendo ver lo mejor de mí que tenía y lo que no me dejaba ver que puede ser aún mejor. No soy perfecta, ni mucho menos, (tampoco quiero serlo) pero sé que tengo muchas cosas positivas y buenas que debo emplear en ser mejor persona y hacer que los que están conmigo se sientan también mejor. Hay cosas de mí que he desechado y otras que no van a cambiar por muchas circunstancias que vayan viniendo
Sigo siendo borde a veces, orgullosa, exigente, un poquito snob y peculiar en muchos aspectos, pero aún así cada día me gusto más y os aseguro que eso es bueno.
Además de todo esto, también me he vuelto transparente y lisa, no hay mentiras, ni recovecos. La que está aquí es la que hay, con su pasado, su presente en construcción y por lo tanto con un futuro bastante incierto.
Ahora viene el tiempo de conocimiento y de autoconocimiento, tiempo de descubrimientos, tiempo para sentir, tiempo para pensar.... Porque lo bohemio siempre ha sido para mí la estabilidad que busca la mayoría. Ahora necesito responsabilidades, cuidar de mí y encontrar que es lo que puede hacerme sentir plena y satisfecha conmigo misma. 
Pero ahora estoy sola, y soy libre, y da miedo enfrentarse a la vida sin un techo que te proteja.
Me siento triste y contenta, con dolor pero liviana.....libre y sola.





sábado, 19 de noviembre de 2011

Febril y llorosa



Anoche hizo una semana y parece una eternidad, a veces creo que está en su casa. Pero de repente recuerdo que está en un lugar mejor con la mujer de su vida sin la que no pudo sobrevivir.
Pero no quiero pensar en ellos, ellos están bien. Te lloro, os lloro...os tengo que seguir llorando. Pero no quiero hablar más de esto que es parte de mi intimidad y quiero guardármelo para mí.


Sin embargo me sorprendo seria, con lágrimas en los ojos y no es por ellos.
Y sólo porque te he visto en una foto hace un rato. Mirándome a los ojos. Contándome tu vida. Te he observado vigilarme de lejos. Guiñarme el ojo. Me has sacado los colores. A cuál más borde. Y luego nos hemos reído y hemos empezado de cero. Yo he vigilado como te crece la barba. Como te acercas a mí cuando todo se queda más vacío. He sentido tu mirada en la espalda. Conozco tu olor de alguna manera.
Sé lo que ha pasado. Y que nada es posible. Pero antes de eso... 
He recorrido tu piel desnuda. Morena. Suave. Me gustan tus pequeños ojos marrones. Tu barba sin afeitar, arañándome las piernas. Tus brazos musculosos. Tus manos grandes que lo abarcan todo. Tu sonrisa de niño, tu silencio entre las frases. Da miedo. Como puedo saber tanto de tí.
Así que seria, enferma y con fiebre, con un dolor de garganta como si la tuviese abierta en canal, con lágrimas e imaginativa, he intentado hacerme la encontradiza. Y sin éxito me he ido alejando poco a poco hasta hundir mi cara en la almohada y quedarme dormida pensándote.



Este post esta escrito con mucha medicación en mi cuerpo y una fiebre bastante alta, no creo que haya que tenerlo en cuenta. Pero ahí queda, mañana me arrepentiré.


Buenas noches.

domingo, 13 de noviembre de 2011

11/11/11




Cuando nació mi hermana yo tenía tan sólo 2 años y medio. Hasta entonces había sido la reina de mi casa y de mi familia por méritos propios ya que era una niña vivaracha, charlatana, ocurrente y según me contaban aprendía rápido y aprendí a hablar muy pronto. Mi hermana fue un bebé precioso, nació con mucho pelo y una cara muy linda. Además mi madre estuvo a punto de morir para que ella naciera con un parto muy complicado.Todo el mundo venía a conocer a la nueva bebé y se deshacían en piropos y en regalos para la pequeña.
Me sentí destronada e ignorada, mi padre se dio cuenta que yo me escondía en un rincón y observaba desde allí como el protagonismo se lo llevaba ese bebé que había llegado a casa un día con mis padres y que acaparaba la atención de todos.
En ese momento mi padre me cogió en brazos y me hizo protagonista de todo, con regalos, con su atención continua, con su dedicación, con sus mimos.
A partir de ese momento me convertí en "su ojito derecho" y él fue para mí el hombre más sabio y más importante del mundo.
Nos dio una infancia maravillosa a mi hermana y a mí, gracias también a una madre alegre, juguetona, cantarina y con una capacidad de amar increible. Sus hijas para ella eran lo primero y nuestra salud y nuestra felicidad también.
He tenido la suerte de tener unos padres alegres, festeros y que nos han hecho partícipe de todas las fiestas y todas las cosas bonitas y alegres de la vida. Siempre evitando que tuviésemos que presenciar conversaciones o discusiones poco adecuadas. Nos inculcaron valores y principios que a lo largo de la vida nos han ayudado a ser lo que ahora somos. Nos educaron y nos enseñaron que el respeto a los demás era fundamental para que nos respetasen a nosotras. Y sobre todo nos enseñaron que la vida hay que disfrutarla porque es la mejor manera de vivirla.
Hay una cosa que les agradezco especialmente. Me enseñaron a ser sevillana, a querer, admirar y amar esta ciudad que tuvimos la suerte de tener como cuna. Mis padres me enseñaron la sevillanía.
Los sábados por la mañana y después de desayunar pan frito que mi madre nos preparaba, nos arreglaba mi madre como a dos muñecas y mi padre nos llevaba de la mano a conocer Sevilla. Nos subió a la Giralda, nos enseñó la Catedral, el Alcazar, el Barrio de Santa Cruz, Triana, las casas de vecinos, las casas Palacios, todo ello con sus historias. Nos contó porque había una calle que se llamaba Hombre de Piedra y otra Cabeza del Rey Don Pedro. Nos llevo a los Museos de Bellas Artes, de Artes y Costumbres,  al Parque de Maria Luisa, donde nos contaba la historia de la Expo del 29 que tantas cosas maravillosas dejó en esta ciudad, como la Plaza de España. Y por supuesto a la Plaza de América (o de las palomas)  y compraba arvejones para que le diésemos de comer a las palomas. Pero sobre todo me descubrió mi rincón favorito de esta ciudad...la plaza de Sta. Marta, las tardes que he pasado allí leyendo un libro en los escalones de esa cruz, algún beso de adolescente con algún noviete, sueños de otros tiempos donde Sevilla era otra, el silencio de ese lugar, el olor a azahar....
Nos enseñó la pasión por la lectura y tenía una paciencia infinita para jugar con nosotras. Recuerdo cuando con un Atlas que me regaló "jugábamos" a que me aprendiese las capitales de mundo.
Me enseñó a montar en bici, a reconocer las señales de tráfico (yo lo preguntaba todo porque siempre el ansia de aprender y la curiosidad me podía). Era el que más adivinanzas y trabalenguas se sabía y nos enseñó muchísimos
Era un hombre divertido, con mucho sentido del humor, contaba chistes como nadie y se le caía la baba cuando escuchaba a mi madre cantar.
Mi padre se puso enfermo hace unos 30 años, una enfermedad respiratoria crónica defecto de su familia, ya que muchos de sus componentes la padecían. Tuvo que vivir ayudado por una bombona de oxigeno durante todos esos años, al principio hacía una vida normal pero al llegar a casa se tenía que poner el oxigeno para poder seguir haciendo una vida"normal"
Con los años cada vez dependía más de esa gomita metida en la nariz y cada vez tenía más medicinas en su mesa de noche, por supuesto su calidad de vida fue mermando al cabo de los años.
Pero su fuerza y su vitalidad seguían ahí y en cuanto podía el alma de deportista que llevaba dentro (fue jugador del Sevilla F.C. cuando era muy joven) le hacia dar grandes caminatas y hacer ejercicios siempre que su fuerza se lo permitía.
Hace menos de tres años se fue mi madre, así, rápidamente y en cuestión de meses. Eso hizo que a mi padre le quitara más aire que la falta de oxigeno en sus pulmones. Desde entonces decidió que su vida no tenía mucho sentido y aunque vivía se le notaba que ya no quería estar aquí.
Ayer lo incineramos.
Mi padre, el hombre más interesante, inteligente, con mayor sentido del humor y sociable que he conocido, el que me enseñó mucho de lo que hoy soy, nació un día 11 hace 83 años y después de 11 días en el hospital se marchó el 11 del 11 del 11.
Aún no soy consciente de que te has ido pero sé que ahora estás mucho mejor que aquí y además estás con mamá que es lo que tú querías y lo que te faltaba.
Nosotras seguiremos adelante, pero perderos a los dos en un tiempo tan corto es difícil de asumir.
Sólo te pido que cuides de mamá y que los dos nos cuidéis a nosotras allá donde estéis.
A mí me queda todo lo que llevo vuestro en mi forma de ser y todo el amor que me habéis dado desde el momento que nací.

Mi padre se fue el 11/11/11 y aún lo tengo que llorar.

Te quiero Papá.


martes, 8 de noviembre de 2011

Hay días











Hay días en los que sí y días en los que no.

Hay días en los que juro por el dios que quieras, que no te diría nada y me plantaría en tu boca, a vivir un rato. A saborearte y sentirte. Hay otros en que no te hablaría ni te susurraría. Te he estado esperando. Hay días en los que, créeme que sí, me podría pasar horas observando cómo te mueves de un lado a otro, ir y venir con tus cosas. Tus maneras. Hay otros en los que no quiero ni verte, ni pensarte. Que no.

Hay días que tal vez, hay días que ni en broma.

Hay días que te telefonearía y otros que espero a que lo hagas tú. Y nunca llegas. Hay días que bebo contigo y otros en los que me gustaría beberte. Hay días que ojalá me rozaras y sintiera tu piel que imagino, caliente y suave. Días en los que te abrazaría, te estrujaría, te asfixiaría. Te resucitaría después.

Hay días en los que rechazo el pensarte. Hay días en los que te pienso y me vuelvo loca.


Hay días que cuanto más pierdo, más te pienso.....