Lunes, odio los lunes...hoy toca escapada y de las grandes. Nos vamos de superlujo porque despues de una semana de Feria hay que descansar y el descanso y el lujo a mi me chifla.
Nos vamos a Dubai al hotel de 7 estrellas Burj Al Arab.
El Burj Al Arab no tiene equivalente en Dubai, ni siquiera en el resto del mundo; se trata de un símbolo de la hostelería de gama alta. Esta "torre de los árabes" aparece hoy en día en las matrículas de los coches de la ciudad. Se trata del hotel más alto del mundo (321 m) y representa las innovaciones tecnológicas y arquitectónicas de Dubai.
Sea cual sea el ángulo por el que se observa el Burj Al Arab, su arquitectura exterior resulta espectacular. Este hotel, construido en 1999, representa el aspecto infalible de una vela inflada por el viento, realzado por dos detalles: el helipuerto del 28º piso y el restaurante panorámico suspendido en el aire en el 27º piso.
La decoración está pensada en función del gusto árabe (el 50% de la clientela proviene de Oriente Medio) y no hay que alarmarse frente a todas las columnas doradas que esconden un acuario a ambas partes de dos impresionantes escaleras automáticas. Lujo, desmesura y colores vivos. Hay una cosa segura, no te resultará indiferente. Para apreciar el refinamiento del lugar en su justa medida hay que acudir al centro de acondicionamiento físico: sauna, hammam y jacuzzi multiplicados por dos, con una sección reservada a las mujeres y otra a los hombres.
Suelos a base de mosaicos, techos de madera artesonada, vistas panorámicas desde la sala de descanso situada en el 18º piso... Uno no se puede perder semejante espectáculo, o mejor todavía, disfrutar de cuidados y masajes. La piscina exterior mixta parece en comparación bastante pequeña. Está rodeada de un solárium enlosado y no cuenta con buenas vistas al mar ya que un muro relativamente alto la protege de miradas indiscretas. También existe otra piscina reservada tan sólo a las mujeres.
Yo creo que lo mejor es ver fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario