Y de repente el día se ha puesto negro zahíno, y las lágrimas no me dejan ver las letras, y un rasgueo de guitarra rompe mi corazón porque se me ha ido uno de los míos.
Te dejé que me enseñaras el porque eres peregrino, me llevaste mi primer camino a la grupa de la "oveja López".
Gordito, "contigo aprendí", tú me bautizaste en el Quema y tú me pusiste ese nombre que me acompañará toda la vida. Sólo espero y deseo que ahora estés con los tuyos, con los míos y con el Ortega y que forméis una juerga tan grande que hagáis temblar los suelos y las paredes.
No habrá un Rocío, ni un camino que no se escuche o se cante alguna sevillanas de ese disco glorioso llamado "Veinte años del Gordi".
- Subeme medio tono gordo....
- ....vamos allá, congui....
Tengo un amigo del alma
con el que me voy al Rocío
que se rompe la garganta
cantando por los caminos.
Muchos lo toman a broma,
muchos lo toman a broma
sin saber que cuando canta,
lo va sintiendo por dentro,
dentro, muy dentro del alma.
Gracias por formar parte de mi vida, por tantas horas de guitarra y cante, por quedarte en mi corazón y por todo lo que me enseñaste.
Un beso a Magdalena y a tus hijos, tu familia....la otra familia, la rociera y tus "Magníficos", siempre te llevarán en el corazón y en las anécdotas rocieras que contaremos toda la vida.
Te quiero.
Tu Conguito de las Marismas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario