lunes, 19 de septiembre de 2011

Domingo de limbo melancólico





Me dejé llevar. Me dejé llevar por mí y me encerré en mi/tu universo, porque yo no tengo mundo, no, yo tengo un universo. 
En mi universo las leyes de la comunicación cambiaron hace tiempo. Si te quiero llamar lo hago con mis ideas, con mis recuerdos... Hago uso de la telepatía emocional, te pienso, te recuerdo, me preocupo porque todo te vaya bien y justo tres días después, encuentro alguna noticia tuya. Nada personal, ni directo, sólo una nota en alguna red social, alguna fotografía donde se ve que sonríes, que te va bien, que estás cansado, que te indignas, que me odias. Y creo que es la mejor manera de tenerte cerca: no saber de ti. ¿Tú piensas en mí?  Sí, sé que sí y cuando lo haces seguramente será con desprecio.
Sigo aburriéndome en la gran mayoría de las conversaciones que me rodean. Han cambiado mis intereses. Pero no sé hacia dónde han cambiado. He ido borrando mis huellas de las redes sociales, no hay fotos y cada vez menos caralibro y cada vez más mensajes de 140 caracteres. 
Me he vuelto más calmada y reflexiva, he parado la ansias de la aceleración en que me sumió mi situación anterior. Ya sólo odio pequeñas cosas sin solución. Pequeñas cosas. Pequeñas cosas que siempre aún me hacen llorar.
Aunque a veces sigo necesitando un empujón para seguir. Me cambio de casa, me mudo la piel y no me olvido de cambiarle el agua a las flores del salón. Por momentos me siento perdida y otras en una absoluta paz.
Cuando pienso en todo el dolor, que ya no estás y cuanta falta me haces....

Mi universo entero se detiene otra vez.

(Versión libre de algo que leí)



1 comentario:

  1. A veces la mejor noticia es no tener noticias. A veces es mejor no recordar ni lo bueno, ni lo malo.
    Suerte.

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