lunes, 3 de septiembre de 2012

¿Te ves?


Mi talla 85 no va a ser lo primero en lo que te fijes. Tampoco en la melena que me corté a mediados de verano. Mi piel, menos morena que otros años, sé que no te espantará. Los pies los llevaré encima de unos altos tacones por seguridad existencial y saberme capaz de hablar contigo sin sentirme dudar. Mis manos pequeñas no las acariciarás, no me dejaré, las tuyas me gustan demasiado. Mis uñas cortadas, cuidadas y casi siempre sin pintar no te distraerán cuando gesticule al hablar. Mis ojos estarán ocultos bajo las Rayban, tampoco serán ellos. Mi perfume te gustará, el tuyo a mí me embriagó aunque no lo reconocería si no lo vuelvo a oler en tí.
Mi altura sin embargo, a ti, te sienta ideal. Pero debe ser algo más lo que te retenga en el bar frente a mí, lo que te ha hecho mensajearme y llamarme. Yo no encuentro la razón y me he perdido en las vueltas que he dado pensándote frecuentemente. Mi psicóloga no quiere que piense y me dice que me deje llevar. Yo le pregunto a dónde. Ella me responde que hasta el infinito y más allá
Ahora que se acaba el tiempo de relax, ahora que todo el mundo vuelve a la ciudad, ahora que ya no  nos sentimos tan libres, me gustaría que estuvieses allí, en el mismo bar y en la misma mesa.

Y tengo miedo, no sé qué me pasa, no sé que Samantha sacar hoy a pasear, no sé con cuál de ellas te podría enamorar.

....y sueño, y sonrío y río, como hacía mucho.




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