sábado, 14 de julio de 2012

Entreabriendo puertas





No cocinaré para ti, preferiré siempre invitarte en cualquier restaurante y tú pagas luego el café. No bailaré contigo en ningún lugar público destinado a ello pero quizás te sorprenda una madrugada en mitad de la calle susurrándote aquella canción.

Cuando apriete el calor no haremos el amor.....o sí....

No aceptaré cualquier flor, ni cualquier helado. No. Sólo margaritas y haagen dazs. No siempre llevaré tacones aunque me duela el cuello al mirarte.  No te demostraré mi afecto en público y nunca discutiré. Te besaré justo ahí y luego me iré. Será mejor que no esperes que escriba sobre ti. Si me ves leer aquel libro, déjame estar. De vez en cuando desapareceré, no busques, no llames. Cuando regrese, abre una botella de champán.

Si fumas no te besaré en la boca. Si no hay libros no me quedaré en tu casa. No comparto mis palomitas, cuando vayamos al cine compraremos dos. Deberías aprender mis tiempos, a veces sí, a veces no, a veces no lo sé.

Si te digo que no me pasa nada es que no me pasa nada y punto. Si te digo insistentemente que estoy bien es que estoy muy mal. Hay días que tendré diarrea verbal, pero aún así te estoy escuchando.

No son condiciones inamovibles, no son decretos, ni tampoco una lista de cualidades o defectos.....pero el que venga se encontrará la puerta entreabierta y le costará mucho o muchísimo entrar hasta la cocina.



No hay comentarios:

Publicar un comentario