Esta escapada está siendo increíblemente sensitiva. Todo me produce sensaciones, el aire en la cara cuando paseo, el olor a mar, el despertar con unas vista maravillosas, los nublados espectaculares, los mimos, el sabor de la comida, el calor de los amigos....el gustarme a mí misma cada vez más.
Pero sobre todo son las sensaciones interiores. PAZ. Es la más relevante de todas, hace mucho tiempo que tengo demasiadas luchas mentales, demasiadas movidas y demasiadas confusión de sentimientos.
Ahora, aquí, siento paz, tranquilidad, orden y otras sensaciones que mi estado emocional necesitaba con urgencia. Además de otras que estoy descubriendo.
Esta ciudad me está aportando todo lo que necesito, bueno, casi todo. Hay personas necesarias en mi vida que no están aquí, pero que las llevo conmigo siempre a todas partes.
Es una especie de catarsis, como cuando rompe las olas en las rocas y en el retorno se vuelve a componer el agua para volver a ser parte del océano.
Es mucho lo que encuentro en esos paseos mirando al mar, en esos ratos de lectura con la brisa en la cara, en esos momentos en los que juego con mi perro y lo veo libre, feliz...tanto o más que yo.
Esa es la palabra clave LIBRE, de ataduras emocionales, de comeduras de tarro, de tener que decidir que hacer con mi vida, de prisas....no siento presiones.
Sé lo que quiero hacer, lo tengo claro y haré lo posible por conseguirlo. Lo tengo tan claro como lo que no quiero en mi vida.
La sensación que resume todas las demás es lo más parecido a feliz que se me ocurre.
Solo hay algo que me falta....Tú.
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