sábado, 5 de enero de 2013

Noche de ilusión




Esta es la mejor noche del año sin duda. Para todos los que nos queda algo de niños en el corazón, esta noche es la más bonita.
Como todos los años vengo de ver la Cabalgata en el mismo lugar donde la he visto toda mi vida. De pequeña con mis padres y de mayor con los amigos, ahora con sus hijos, sobrinos y demás enanos que son los que le dan sentido a todo esto.
Ver la ilusión en los ojos de nuestros niños es impagable, ver la inocencia en sus caras y en sus almas no tiene precio. Y que necesario es que durante nuestros primeros años tengamos esa sensación de que la vida es algo sencillo y creer que la noche de Reyes es mágica.
Que lleguen a casa queriendo cenar temprano, para acostarse más temprano que nunca, para madrugar más que nunca y con los ojos pegados ver el salón lleno de globos, caramelos y lo que habían pedido en su carta repartido por los sofás y el suelo....esa cara no puede valorarse, solo disfrutarla y vivirla todo el tiempo que se pueda.

Yo sigo esperando esta noche con ilusión, aún sabiendo que a veces no te vas a encontrar lo que has pedido, pero sabiendo que siempre algo caerá.
Gracias desde donde estéis porque siempre que habéis podido habéis hecho mis sueños realidad.

Que pena me dan los que no creen en la ilusión de esta noche, que triste que no tengan Reyes que les hagan cumplir algún sueño, algún capricho...que personas más tristes y que solos y grises se irán a dormir esta noche.
Que pena me dan que por todo ello hagan apología de que esto es un engañabobos y que no se debe mentir a los niños, que luego vienen las desilusiones....que pena, que no hayan tenido noches de ilusión o que las hayan olvidado.

¿Como se van a ilusionar con nada si no han vivido la verdadera ilusión, la inocente, la más pura?

Los niños son niños porque creen en esta noche y en otras muchas cosas y cuando dejan de hacerlo empiezan a aprender que en la vida no es todo magia y que las cosas son un poco diferente de lo que pensábamos de pequeños, pero tienen que aprenderlo poco a poco, como el resto de las cosas y aún así conservar siempre una dosis suficiente para disfrutar de esta noche, como cuando éramos pequeños, ya sea del lado que recibe, como del que da.

Yo ya tengo mis zapatos en la puerta y, en mi caso, dos copitas de anís con un alfajor para ella y un polvorón de toda la vida para él, sus favoritos. Cuando esta noche vengan mis Reyes a mi casa a dejarme mi regalo encontraran todo el amor del mundo y mi agradecimiento por haber hecho que esta noche sea la más hermosa y mágica del año.

Mi Noche de la Ilusión.


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