Yo, un día te quise siempre

Interior. (Del lat. interior, -oris).

2. adj. Que está muy adentro.

3. adj. Que solo se siente en el alma.

He recogido tus cajas, tus muñecos, tus juguetes, tus notas y anotaciones....los trocitos de ti que había por todas partes. Lo he guardado todo en el cajón de la ropa interior, bien escondido todo, al fondo. Y ahora mis manos huelen a tu piel y mi boca a tu saliva, ese olor y ese sabor que imagino. He gastado el olor de tu lado de la almohada y he empezado a dormir en tu lado de la cama, ese que guardaba para ti. Que a veces han ocupado otros pero nunca dejé que se quedaran. He creado una carpeta en mi escritorio, la he llamado Interior. Dentro he guardado tus fotografías, vídeos, escritos, correos. He alejado de mi vista todas las cosas que me recuerdan a ti. 

Como si necesitará mirar cosas para recordarte, tengo que intentarlo.

Y he escrito, no he parado de escribir ni un sólo día desde que tomamos café aquella tarde de diciembre, pero la mayoría de lo escrito lo he hecho para mí, para mi Interior.

Me gustaría arrancarte de cuajo de esa vida a la que perteneces. Secuestrarte. Doblegarte y esconderte del mundo. Acariciarte a oscuras, en las sombras de una habitación sin vistas. Lamernos juntos las heridas y curarnos a besos. Tenerte delante y obligarte a mirarme, de frente. A mí, sólo yo. 

Sólo estoy yo. Ella no existe. No en tu mundo. Sólo en mi cabeza....porque ella soy yo.

Creo que cuando lea este post me daré cuenta que es de esos que debería haber escrito en mis libretas de Interior....o no.