Aires de cambios

Día amable, rodeada de personas queribles, con la que te sientes cómoda y con la que las risas y los momentos son abundantes y espontáneos. Buena comida que se prolonga hasta después de la cena.

Pero llegas a casa y dejando aparte el recibimiento de mi perro Diego (impagable)...recuerdas, recuerdas qué día es hoy ya, recuerdas que no están y recuerdas que a pesar de no olvidarlos ni un solo segundo, hoy se celebra el día de los difuntos...y ellos están allí donde hoy están de fiesta.

Los echo de menos, siempre, a todas horas, en todas las circunstancias, todos los momentos....no me siento triste. Me siento sola, a pesar de haber estado con algunos de los que más quiero en mi vida....me siento sola.

Así es la vida y por eso tenemos que tomar decisiones y la mía es cambiar de entorno, de ciudad y de vida. No voy a dejar atrás nada, pero sí voy a poner distancia. Necesito aire fresco y lo necesito porque después de tantos cambios en mí, necesito confirmar que soy alguien nuevo, con frescura.

Estoy dando, estoy dándome y lo sé porque estoy recibiendo.

Durante dos años he hecho un trabajo de introspección brutal y he intentado basar este tiempo en salir de un agujero en el que me metí yo sola a lo largo de mi vida. Pero he sido consciente que he hecho mal y sigo trabajando para reparar lo reparable. Me gusto. Creo que el karma se ha ido cobrando lo que le debía y cada vez lo siento más en equilibrio.

Ahora necesito aire fresco y allá donde vaya me llevaré a la gente que necesito porque están en mi corazón y mientras estén ahí vendrán conmigo a donde yo vaya.

Sé querer y me quieren....aunque aún falta esa persona que sea MI persona.