Las muletas

Esta mañana tenía que gestionar un asunto bastante desagradable para mí. Antes me habría levantado, me habría puesto la coraza, me habría colgado la mochila y hala...a lidiar con la vida.
Pero ahora la coraza está rota, la mochila se ha vencido del peso y el arte del toreo no se me está dando muy bien, así que le he pedido a una amiga que me acompañase.
Una vez pasado el  mal trago, hemos vuelto a casa paseando, charlando y sintiendo que cuando la amistad es verdadera y honesta, es como tener unas muletas donde poder apoyarte para no acabar en el suelo.
Lo cuento así, porque algo que para la mayoría es normal para mí es algo nuevo y que me ha costado mucho aprender. Esas muletas siempre han estado ahí pero yo no sabía utilizarlas y hasta que no me he visto casi imposibilitada para andar, no he levantado un teléfono para pedir a una amiga que me ayudase con su compañía en un momento delicado.
Tengo mucha suerte porque cuento con más muletas de las que muchas personas podrían soñar y no es que sea una cantidad elevada, es que no pueden ser de mejor calidad.
Estoy muy orgullosa y sobre todo muy agradecida de los AMIGOS que tengo y no quería pasar ni un día más sin decírselo.
A esos amigos a los que quiero y necesito les dedico este video.